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Entonces dije: «No los apacentaré más. La que ha de morir, que muera; y la que ha de ser destruida, que sea destruida; y las que queden, cómanse la carne unas a otras(A)». 10 Tomé mi cayado Gracia(B) y lo quebré para romper el pacto que yo había hecho con todos los pueblos(C). 11 En aquel mismo día fue roto el pacto; así los afligidos del rebaño que me observaban, conocieron que era la palabra del Señor(D).

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